
Ùltima entrega de los premios MTV Europeos. System of a Down (SOAD) sube al escenario para recibir un galardón y en el medio de la algarabía Serj Tankian (vos principal) exclama frente a millones de personas y delante de los excitados groupies que rodeaban a la banda una frase que deja en claro que no hay situación que los supere: “La civilización, nuestra civilización, ha fallado. Eso es lo que tenemos para decir”.
No es una exageración de su parte. System of a Down ha creado uno de los trabajos conceptuales más logrados del nuevo milenio. Es cierto, el nuevo milenio lleva apenas 5 años, pero nadie ha tenido el coraje en este pequeño tiempo de demostrar siquiera un mínimo posicionamiento ideológico sobre la situación mundial actual.
Cuando uno tiene en su mano “Mezmerize/Hypnotize” (M/H) observa que estos discos tienen un arte de tapa casi idéntico en donde el juego de simetrías entre ambos nos hace creer que esta pequeña bomba dentro del mercado musical ha tenido muchas horas de elaboración, de planeamiento.
No es una exageración de su parte. System of a Down ha creado uno de los trabajos conceptuales más logrados del nuevo milenio. Es cierto, el nuevo milenio lleva apenas 5 años, pero nadie ha tenido el coraje en este pequeño tiempo de demostrar siquiera un mínimo posicionamiento ideológico sobre la situación mundial actual.
Cuando uno tiene en su mano “Mezmerize/Hypnotize” (M/H) observa que estos discos tienen un arte de tapa casi idéntico en donde el juego de simetrías entre ambos nos hace creer que esta pequeña bomba dentro del mercado musical ha tenido muchas horas de elaboración, de planeamiento.

Pero esto no es lo único que entrelaza a los dos discos de 2005 (uno editado a mediados de año y otro en diciembre). La línea de las letras y de la música se mantiene desde la primera hasta la última canción (son 23 en total). El golpe bajo que da System of a Down desde el seno del mercado musical mundial, y ya consagrada como “una buena banda para escuchar”, se dirige directamente a lo que los Estados Unidos denominan la “justicia infinita”: la guerra (como un acto inútil) y la propaganda (como el principal enemigo, casi el culpable).
Desde el comienzo, tras la dulce melodía de “Soldier side” llegan las primeras estrofas galopantes, la del “Being Your Own Bomb” o, como se la conoce en el disco y en los medios: BYOB. La base de la primera acusación es “¿Por qué siempre envían a los pobres?, ¿Por qué los presidentes no pelean en la guerra?”. Desde acá, ya System of a Down demuestra que apenas con 4 minutos y 15 segundos les alcanza para enfrentar miles, millones de excusas pro-guerra. Mientras nos callemos, seremos nuestras propias bombas, eso queda claro.
La música arrolla, cambia de ritmos constantemente como en las primeras épocas de la banda, donde nos retumba el esquizofrénico “Sugar”. System of a Down ha logrado el sonido de la primera época sumado a lo éxitoso de sus primeros cortes comerciales de chart (los que pertenecen a “Toxicity” y que le garantizan el éxito), sumando todo esto a la posición ideológica de “Steal this álbum” y la lucha anti globalización, anti establihsment.
“Mezmerize/Hipnotize” no es solo la consagración de una banda tras sus ideales y su propio techo musical, es además la vidriera en donde uno de los compositores más desafiantes del rock actual hace su aparición en todo su esplendor: el guitarrista Daron Malakian, auténtico cerebro del grupo y principal responsable de las letras y la música de este trabajo. Ya no hace coros, no se encarga solo de los riffs, sino que en varias canciones se hace cargo de la voz principal y en otras consigue compartir la líricas con Serj Tankian, a quien definitivamente deja en segundo plano pese a sus increíbles interpretaciones.
El primer disco se desliza en la velocidad, en una batería que alterna el doble bombo insoportable con impresionantes cambios de ritmo y con las voces de Serj (y en menos medida de Daron) bajando línea constantemente. Tal como el período post Vietnam provocó trabajos asombrosos, esta invasión a Irak brindó a los músicos algo de qué hablar entre tanta falta de ideas y de mensajes. System of a Down tomó la posta de Rage Against The Machine y otras tantas bandas que no se callaban ante nada pero que tampoco saturaban con sus canciones porque encontraban esa vuelta de tuerca que los mantenía siempre sonando en algún lado.
La guerra es el primer tema de la obra hasta que irrumpe “Radio/Video” y comienza una pequeña e imperturbable oda contra los medios de comunicación, contra lo que ellos llaman “la propaganda”. “Hey, hombre, mirame rockear ahora, estoy en la radio... estoy en el video”, dicen en esa canción. El combo se termina con la sensacional “Violent Pornography” en la que la banda logra fusionar a la perfección las melodías pop con su sonido indestructible de este disco. Aquí Serj y Daron se despachan con un estribillo muy pero muy pegadizo y una frase final que culmina el ataque desaforado contra la caja boba y una pregunta al público del otro lado: “¿Puedes decir “lavado de cabeza”?

El primer disco termina con una balada increíble llamada “Lost in Hollywood” (“Perdido en Hollywood”) en la que otra afirmación detona las neuronas de los adolescentes: “Nunca deberías haber venido a Hollywood, nunca deberías haber confiado en Hollywood”. Aquí se confirma que Daron quiere hacerse cargo ya que toma la voz principal y deja a Serj haciendo coros.
No son mensajes satánicos. La banda ya es considerada por algunos medios como el brazo musical de Al Qaeda, pero no pueden hacer nada. Ellos se ganaron un lugar importantísmo en la escena musical mundial y, por ende, son un enorme negocio en el cual Sony y BMG confiaron sólo para vender discos. Cuando algo es un éxito no hay forma de pararlo, sea lo que sea y diga lo que diga, y System of a Down seguirá vendiendo millones de discos por varios años.
Es por eso que estas multinacionales también tuvieron que aceptar un segundo disco, el que completa esta saga contestataria, esta pequeña dupla que no tiene nada que envidiarle a las grandes obras de la historia del rock. “Hipnotize” salió hace casi un mes y, como era de esperar, también fue un incontenible éxito.
“Attack” abre el disco con una actitud contundente: “Nosotros atacamos tu servitud fatal...con pesticida...todos los años de propaganda”, los kamikazes más grandes vuelven a caer sobre lo que venga. “Dreaming” es otra gran canción en donde la banda hace su primer pausa, pero es solo breve, luego vendrán otros 4 minutos de furia: ¿Dónde está la profética generación del agua embotellada? Creando poblaciones pobres para morir, para morir”. Y detrás de esta frase decenas de balazos al orgullo norteamericano: “Soñando con el miedo, alguién me sacó de mi mente. Odio estos pensamientos que no puedo negar”.
Las bellas melodías se mezclan de nuevo con los riffs, con la batería de John Dolmayan y el bajo de Shavo Odadjian que conforman un sonido entre crudo y prefabricado que logró de manera brillante Rick Rubin, quien produjo ambos discos con la ayuda de Daron Malakian.
“Stealing Society” nos traslada el escenario mundial a una batalla épica, el coro de Serj detrás parece hasta cómico, pero el paisaje del niño soldado separándose de su madre en la voz de Daron le quita todo tipo de broma. “Tentative” es otra extensión de la imagen aterradora de la guerra. “Nadie va a salvarnos ahora, ni siquiera Dios”, repica la letra y vuelve a la carga con mucha tristeza sobre un “colchón” de violines moribundos: “¿Dónde esperas que vayan cuando las bombas caigan?”.
El mensaje antibelicista se interrumpe con otra gran canción que deja en ridículo a la televisión: “Vacinity of obscenity”. Serj se luce cantando una de sus pocas letras íntegras, se despacha con vaivenes en su increíble voz que nos rememoran viejos discos.
El final de este “Hypnotize” es la continuación de la primera canción de “Mezmerize”, titulada “Soldier Side” con la que se cierra el concepto. En total son pocos más de una hora y quince minutos divididos en dos discos absorbentes que tal vez juntos no hubieran generado tanta expectativa ni hubieran ganado tantos adeptos. Cuando una banda de las dimensiones de System of a Down se propone algo hay más que intentar seguirlos en su locura, entenderlos en su mundo y, luego, caer desplomado ante la genialidad.

Por suerte todavía quedan bandas que demuestran con su arte un mensaje claro, que no se meten en cosas poco serias como el “Live 8”, que entienden que estar frente a multitudes es una gran oportunidad para intentar cambiar al mundo. Ojalá podamos ver otros System of a Down, otros Dream Theater u otros The Mars Volta dando vueltas en la escena intentando rescatar lo poco que queda de rock, de actitud e intentando dar un vuelco de originalidad. La pregunta que nos hace “Violent Pornography” nos sigue zumbando en el cerebro: “¿Qué clase de mierda estás viendo por TV?”.
BAJALOS AQUI!!
Mezmerize - Hypnotize
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